Barcelona, 14/12/2014
Maite Alamillo, Jennifer Ariza, Elvira Carmona y Saray Cruz
Kristina
Pimenova empezó a desfilar con tres años, cuando su madre la
apuntó a una escuela de modelos. Ahora, apunto de cumplir los nueve
años,
ha trabajado ya como modelo
para firmas como Armani, Roberto Cavalli o Benetton. Es conocida como
“la niña más bella del mundo” y ya ha posado sensual
y ligera de ropa,
desatando la polémica. La controversia está servida, ya que sus
padres no solo permiten que se difundan estas fotos, sino que son los
que más contribuyen a su fama, distribuyendo fotos de la niña en
las redes sociales. Ellos defienden que para la niña es un juego
pero ¿dónde está el límite?
Este
caso ha avivado el debate sobre las modelos menores de edad
pero no es el primero. El tema saltó a la palestra hace unos años,
con la publicación de un reportaje en la revista Vogue Francia de
niñas de siete años vestidas y maquilladas como adultas. “Se
disfraza a las niñas como 'golosinas sexuales' en una carrera por la
apariencia, la belleza, la seducción, el culto del yo”, criticó
la entonces senadora Chantal Jouanno. Desde entonces, no han dejado
de surgir casos de niñas modelo, como los de Hailee Steinfeld, que
posó para Miu Miu, y Elle Fanning, de 13 años, cuyos anuncios
fueron censurados por la Asociación Británica de los Standards
Publicitarios.
Reportaje de Vogue Francia con niñas modelo. Fuente: ABC |
Escuelas de moda y agencias para niños y niñas
También existen agencias que trabajan con niños. Salvador Model Agency es un ejemplo. Ésta, representa a 800 menores. Ángel Herrera, su director, también preside la Asociación de Modelos y Agencias de España, de la que son miembros 13 agencias que trabajan con niños. Pero éstas no son las únicas que trabajan con menores. Herrera advierte que “hay muchas otras agencias que no están asociadas”. La suma de todos los niños que ofrecen su imagen a estas agencias es de más de 3.900, pero hay muchos más menores dedicados a la publicidad en España. Y, entre todos estos, los hay que lo hacen por no tener otra opción y porque se ven forzados por sus familias, ya que pueden cobrar entre 300 y 4.500 euros dependiendo del trabajo. El director de Salvador Model Agency afirma: “Para algunas familias supone la posibilidad de llegar a fin de mes”.
Concursos de belleza

Una de las concursantes de Toddlers&Tiaras. Fuente: recultured.com
Una
de las participantes de dicho concurso, Lisa de 4 años, apareció
vestida de negro con chaqueta de cuero y fumando un cigarro a lo
Olivia Newton John. Lo más sorprendente es que la madre de la niña
le recordó a la pequeña que no se olvidara de fumar en el
escenario. Se da así un ejemplo, en que se demuestra lo mucho que
importa la imagen y el beneficio que se saca de ella, aún tratándose
de una menor. Los especialistas comentan que además en algunos casos
se podría tratar de explotación
infantil,
ya que se utiliza la imagen de las niñas para conseguir beneficios
económicos.
Que
las niñas aparezcan “disfrazadas”
de mujeres adultas para vender todo tipo de productos tiene graves
consecuencias. Según la psicóloga Olga Carmona “las niñas van
asumiendo con naturalidad perversa su condición de objetos
sexuales”.
Una gran parte del problema aquí son los padres de las criaturas. La
pequeña modelo y actriz Eden Wood fue apuntada a varios castings con
apenas un añito y a los 6 años ya había ganado 300 concursos de
belleza en Estados Unidos. Otros casos que fueron virales en su día
son el de la madre que obligaba a su hija de 5 años a depilarse las
cejas o la mujer que inyectaba botox a su hija de 8 años.
Una madre inyecta botox a su hija. Fuente: Youtube
Obligan a una niña de cinco años a depilarse
las cejas. Fuente: Youtube
En consecuencia, la hipersexualización conlleva a trastornos alimenticios y a otro tipo de problemas psicológicos, como la autoexigencia en una edad temprana o la infravaloración como mujer. Además, las niñas desde bien pequeñas se preocupan más por su aspecto físico que por desarrollar otro tipo de facetas como la educación o el simple hecho de jugar como cualquier otra niña de su edad. Los concursos, la publicidad y los mismos padres son los culpables de que estas niñas pierdan su infancia e incluso sufran secuelas físicas y psicológicas, ya que una vez te “conviertes” en adulto, lo eres para toda la vida.
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