Jordi Pujol, su esposa y tres de sus hijos son imputados por fraude fiscal - Rafael Hernando es el nuevo portavoz del PP en el Congreso - La política aeropuertaria de España recibe "denuncias" por parte de la UE - El Real Madrid se clasifica para la final del Mundial de Clubes

01 diciembre, 2014

Ser tan solo un becario

Barcelona, 30/11/2014
Sara Centellas, Júlia Gasull, Jose Luis Cano y Jennifer Ariza

Las empresas buscan la figura del becario por su predisposición y con el fin de reducir costes. A su vez, losestudiantes ejercen prácticas porque es útil para su currículo y aplicar todolo aprendido en el mundo laboral. Aun así, también es cierto que son víctimas de muchas injusticias y sus derechos son mínimos. Se trata de una lucha de beneficios en una época de búsqueda de oportunidades.

Cuando se trata de decidir “qué ser de mayor”, la mayoría de los jóvenes optan por profesiones que requieren formación. Según una encuesta del informe Calidad Empleo Joven Becarios y Prácticas del Consejo de la Juventud de España (CJE), más de un 70% de los jóvenes piensan que la formación es imprescindible. Desde las instituciones educativas y las exigencias del mercado laboral, siempre se ha requerido que parte de esta formación sea establecer un primer contacto en el mundo laboral mediante las prácticas.

Nomasbecasportrabajo,org
La universidad realiza convenios con las empresas para facilitar estas prácticas, y las hay de dos tipos: curriculares y no curriculares. Las curriculares son aquellas que incluyen en el plan docente,por lo tanto obligatorias y que son optativas o créditos que debe cumplir el estudiante para graduarse. Les prácticas no curriculares, en cambio, son las que realizael estudiante de forma voluntaria. 

Según Vicenç Sellés Martínez, director de la oficina de Treball Campus UAB, en ambos casos estas prácticas se compensan con una “ayuda al estudio” o compensación económica. Es decir, un importe que la empresa paga al estudiante por las horas que el estudiante está dedicando al estudio.De ahí viene la palabra becario (una persona que recibe una beca), hasta el término actual de un estudiante de prácticas que recibe un dinero para financiarse una estada formativa, que tendría que compensar el traslado, las horas de dedicación o el que se está aportando de productividad a la empresa,según afirma Sellés. “Porque no nos engañemos, cualquier práctica en empresa sea de la modalidad  que sea tiene productividad para la empresa, siempre”. 

Los becarios, capital humano gratis

Con la crisis, los becarios han servido como una vía rentable para las empresas. En muchos casos, el trabajo de los estudiantes sustituye al de un empleado, en sustituciones, o incluso en muchos casos como parte integrada de la cadena productiva. María Montero, periodista y portavoz de la Oficina Precaria en Madrid al frente de la campaña No + Becas x Trabajo dice queson una forma de subempleo de trabajadores cualificados. “El problema es quelos becarios detectan estos abusos cuando ya están inmersos en una empresa y el deseo de trabajar en el sector para el que se han formado hace que alarguen su vida universitaria o se matriculen en ‘escuelas de negocio’ que firman convenios irregulares”. A nivel legal, las prácticas “universitarias” se regulan por una ley: el Real Decreto 592/2014, que en principio requiere una ayuda económica al estudio. Esta ley es vigente desde este año, a pesar de que en 2011 ya fue anulada una vez.

"Es la propia  coyuntura de la situación de los estudiantes la que no ayuda a que las empresas cambien el chip"

La sobreocupación, a coste cero

Existen sectores laborales donde lapresencia de los becarios “tiene una importancia estructural” para que lasempresas tengan actividad, como en el caso de periodismo, la publicidad o la abogacía. En materia de acotar gastos, las empresas de este sectorson las que se benefician de la sobreocupación. Esto quiere decir que hay más graduados de una carrera y si se presenta oferta de prácticas a 0 euros lahora, los estudiantes la reclaman igual. Aún así, desde Treball Campus afirman que también hay grados como“telecomunicaciones o nanotecnología” en las que hay una sobredemanda decapital humano y eso se traduce en horas muy bien pagadas. “Todas lasuniversidades trabajamos en red e intentamos que no se produzcan grandes diferencias, por eso nosotros marcamos unmínimo recomendado de 5 euros la hora”, explica Sellés. Pero cuando los estudiantes solicitan unas prácticas sin bonificación, es la propia  coyuntura de la situación de los estudiantes la que no ayuda a que las empresas cambien el chip.

Lo que sucede es que los estudiantes concibenlas prácticas (aunque no sean pagadas) como una oportunidad. Tal como refleja el comentado informe de 2013 del CJE: “La primera conclusión que se extrae de la juventud que se encuentra trabajando-formándose es la indefinición entre estosdos perfiles. Seis de cada diez personas encuestadas lo consideran como una oportunidad de formación, cuatro de cada diez como un trabajo”. Y es que casi una tercera parte de esta población accede a este período de prácticas/becarios porque no puede acceder a un puesto de trabajo. Según el informe, casi nueve decada diez consideran que estos períodos son útiles, “una valoración muy superior a la que se produce en Europa”, y hay que tener en cuenta que “la situación del desempleo juvenil en España es muy desalentadora, lo que puede provocar que cualquier ocupación sea percibida en términos positivos”.

Los beneficios de realizar prácticas

Lo que es innegable, es que unas prácticas formativas son beneficiosas para un estudiante. En un informe  de la Truman State University titulado Undergraduate Research Internships and Graduate School Success se hace énfasis en que los becarios corresponden a las cifras más altas de graduados, y en el crecimiento de la intelectualidad y la satisfacción personal. Otros estudios también aseguran que las prácticas hacen más probable que los estudiantes memoricen conceptos científicos complejos y desenvuelvan habilidades críticas depensamiento independiente.

Rubén Armenteros, en el blog Nexian Training, introduce el concepto de“pringobecario” para referirse al becario de una manera no despectiva pero crítica con la realidad. “El pringobecario a menudo tiene que realizar una serie de labores que no le agradan del todo pero hay que reconocer la ignorancia que se tiene sobre el mundo real empresarial, aprender multitud de gestiones y asimilar conocimientos durante las prácticas.” El autor recomienda a todo becario que sea humilde y profesional y aprenderá el oficio aunque se dedique mayoritariamente a hacer fotocopias. Subraya que estas prácticas son necesarias para aprender y encontrar un hueco en el mercado laboral, sostenido por el testimonio de la directora de RRHH de Altran, Alicia Sánchez, quien afirma que el 75% de los becarios se quedan a trabajar después del periodo de prácticas.

La necesidad de regulación

Peroel debate sobre las condiciones reales y sus beneficios es vigente, sobre todo el año pasado con la noticia de la muerte de Moritz Erhardt, un joven alemán de 21 años que ejercía como becario en el banco de inversión londinense Bank of America Merril Lynch. Según el diario británico The Independent ,el joven alemán había trabajado sin descanso durante 72 horas seguidas, y a unasemana de completar su beca sufrió un ataque epiléptico en la ducha de la residencia estudiantil.

Las propuestas desde el Comité Económico y Social Europeo (CESE)

Existe especial interés en Europa, en la mayor parte de países y también en el seno dela Unión Europea (UE), en potenciar la actividad formativa de manera efectiva.En un reciente Dictamen del Comité Económico y Social Europeo (CESE) se pueden encontrar propuestas al respecto para favorecer el empleo juvenil. Entre ellas en las Comunicaciones de la Comisión aparece la idea de una “Garantía Juvenil” con el fin de garantizar que todos los jóvenes de 25 años reciban una buena oferta de trabajo o formación o un periodo de prácticas en un plazo de cuatro meses después determinar sus estudios o perder su puesto de trabajo.

ABC.es
Otrade las medidas propias de este Dictamen europeo, se encuentra en la aprobaciónde un “Marco de acciones sobre el empleo juvenil” basado en el aprendizaje, transición entre escuela y empleo, y emprendimiento. Un marco que podría inspirar a los interlocutores sociales nacionales a encontrar soluciones en supropio país. También se propone un “Marco de calidad para los períodos deprácticas”, en el que el CESE señaló que los períodos de prácticas representan un importante punto de acceso al mercado laboral, a pesar de que no resultanser un remedio para el desempleo juvenil. Se exige, pues, que las prácticas seintegren en los planes de estudios y prever un nivel mínimo de protección social con la elaboración de directrices que ofrezcan oportunidades definanciación para establecer prácticas con responsabilidad financiera compartida.

Porsu parte, la Oficina Precaria denunciala situación que viven miles de jóvenes españoles en fraude de ley y realizan tareas de trabajadores mientras su contrato es realmente una beca sin derechos.Por ello, “exigen un cambio legislativo que les reconozca el estatus detrabajadores y luchan por todos los canales posibles para conseguirlo”. La realidad es que no existe una relación contractual laboral ya que el becario notiene la condición de trabajadorEduardo Rojocatedrático de Derecho del Trabajo y Seguridad Social en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), comenta que “estamos frente a relacioneslaborales clandestinas que obligan a reflexionar acerca de soluciones para mejorar la situación laboral del becario/a. Es necesario no convertir el proceso formativo en una relación laboral encubierta”.

Al no ser considerados una relación laboral, son un colectivo potencialmente vulnerable

Desde Comisiones Obreras (CC.OO), se ofrecen algunas propuestas para mejorar la situación de los becarios/as, como sería el fomento de las prácticas en centros de trabajo durante la enseñanza reglada, la modificación del texto legal que regula las prácticas formativas no laborales para proteger a los jóvenes; dándoles una beca o ayuda económica para cubrir gastos de transporte y manutención, un seguro de responsabilidad civil y accidente, formación sobre los riesgos laborales y medidas de prevención, etc. En la actualidad el estudiante retrasa la inserción laboral, los derechos (entre ellos el pago de cotizaciones sociales) y las posibilidades de emancipación. La principal problemática de los becarios es que al no ser considerados una relación laboral, son un colectivo potencialmente vulnerable. Por poner algunos ejemplos: no pueden votar en los procesos sindicales, no tienen derecho a huelga, ni a vacaciones, ni a paro, y en temas de salud laboral en la mayoría de los casos sólo cuentan con un seguro escolar.

“Que se empoderen”

Desde la Oficina Precaria, se ofrece servicio de asesoría laboral gratuita y un servicio de abogados para que luchen también en la vía judicial. La entidad nació como alternativa a los sindicatos tradicionales por estar “orientados sobre todo a los trabajadores más protegidos”, asegura María Montero, portavoz de la entidad. También en cuanto a las universidades piensa que “deberían ser las garantes de los derechos de los estudiantes”. “Existen fórmulas para la entrada al mercado laboral como son los contratos de prácticas y de formaciónque establecen relaciones laborales que protegen al trabajador, hay que usar éstas y no las prácticas curriculares y extracurriculares, que muchas veces trascienden el ámbito universitario, siendo así en sí mismas un fraude”. Y el primer paso, aunque difícil en los tiempos de desempleo y precariedad para los jóvenes, es que los mismos becarios sean conscientes. 

0 comentarios:

Publicar un comentario