Móvil y accidente: un binomio al alza

Maite Alamillo, Jennifer Ariza, Ester Arroyo y Gerard Bellera. 31 de octubre de 2014. Barcelona.

A pesar de que la cifra de accidentes en España sigue en decadencia (1.680 fallecidos en 2013, lejos de los más de 3.000 que se contabilizaron en el año 2005 según el estudio de Siniestralidad Anual que facilita la DGT), una de las causas de los accidentes en el país que cada vez preocupa más en el seno de la Dirección General de Tráfico (DGT) es la de los teléfonos móviles.

La distracción es uno de los factores latentes en los accidentes con víctimas puesto que está presente en un 38% de esos casos, pero lo más llamativo es que el teléfono móvil emerge como motivo principal. En el año 2013, hubieron 126.345 denuncias por utilización de dichos dispositivos, una cifra que supone un 4% más que en 2012 según la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Según los datos recogidos en la última encuesta no participativa realizada en 2012 por la Dirección General de Tráfico, aproximadamente el 3% de los conductores utilizan el teléfono móvil mientras están al volante aunque hacerlo les pueda conllevar una sanción económica de 200 euros y la pérdida de 3 puntos del carné de conducir.

Fuente: DGT // Elaboración: Maite Alamillo

Whatsapp, el foco de mayor distracción

Uno motivo por el cual muchos conductores sufren accidentes por mirar el móvil es el uso de aplicaciones de mensajería instantánea como Whatsapp. La necesidad de estar permanentemente comunicados perjudica a la hora de conducir ya que es una distracción, son unos segundos en los que el conductor aparta la mirada de la carretera y pone en peligro su vida y la de los demás. Alertada por el ‘nuevo’ uso de los teléfonos móviles la DGT ha realizado anuncios para concienciar a la sociedad.

Conducir y usar el móvil de manera simultánea aumenta entre cuatro y nueve veces el riesgo de sufrir un accidente y algunos estudios equiparan el riesgo al de conducir bebido. Las principales consecuencias de usar el móvil mientras se conduce son la desobediencia a gran parte de las señales de tráfico  y el aumento del tiempo de reacción en hasta dos segundos, un tiempo decisivo en caso de tener que tomar una decisión de emergencia. Asimismo, también se produce una pérdida de la capacidad de mantener una velocidad constante y adecuada, de guardar una distancia de seguridad suficiente con los vehículos que circulan delante. Los accidentes que más se dan por este tipo de distracciones son la salida de la vía, el choque con el vehículo precedente o el atropello.

Accidente por uso del móvil // tierramotor.com

Un ejemplo de esa desobediencia de las señales de tráfico lo ejemplifica Alex Font, un joven de 25 años que tuvo un accidente debido a la utilización de ese dispositivo. “Yo tenía un ceda y estaba utilizando el móvil para escribir un mensaje de texto. Me salté el ceda y un coche me dió en la puerta del copiloto. Mi coche se desplazó unos 10-15 metros”. Tras el accidente, el conductor pone más atención al volante, pero no deja de utilizarlo a pesar de tener una consciencia del peligro. “Lo utilizo aún bastante pero vigilo más. Sobre todo cuando paso por esa zona. Antes no tenía ni manos libres en el coche, ahora sí. Soy consciente, pero creo que no lo somos del todo hasta que pasa algo grave, como en todo”.

El problema no se ha controlado en estos últimos años y la DGT ya ha puesto todos sus esfuerzos en intentar reducir un problema creado por esta sociedad de la información y el auge de la tecnología, que pone mucho más difícil cualquier intento de reducir los accidentes a causa de la utilización de los dispositivos móviles. En cualquier caso, el binomio móvil-accidente, que empezó a dar sus efectos en 2009, sigue vivo y es un peligro.