17 de octubre de 2014
Maite Alamillo, Jennifer Ariza, Ester Arroyo y Gerard Bellera.
España sufre actualmente el brote de dos enfermedades que actúan con rapidez y virulencia: el ébola y la legionelosis. Se trata de dos infecciones de virus diferentes que pueden causar la muerte en pocos días; la principal diferencia radica en que se desconoce la cura para el ébola, mientras que la legionella se puede tratar. Esta diferencia entre los dos brotes es una de las causas que han conllevado que el ébola capte toda la atención mediática y, por lo tanto, social. Mientras que el foco de legionella ha quedado silenciado a pesar de que ya se ha cobrado diez vidas en Cataluña.
España sufre actualmente el brote de dos enfermedades que actúan con rapidez y virulencia: el ébola y la legionelosis. Se trata de dos infecciones de virus diferentes que pueden causar la muerte en pocos días; la principal diferencia radica en que se desconoce la cura para el ébola, mientras que la legionella se puede tratar. Esta diferencia entre los dos brotes es una de las causas que han conllevado que el ébola capte toda la atención mediática y, por lo tanto, social. Mientras que el foco de legionella ha quedado silenciado a pesar de que ya se ha cobrado diez vidas en Cataluña.
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La bacteria de la legionella vista con un microscopio. //Arplagas |
La legionelosis es una enfermedad infecciosa provocada por varias especies del género Legionella, que normalmente viven en aguas estancadas, por lo que el contagio suele producirse a través de grandes sistemas de agua, como torres de refrigeración. Puede manifestarse de dos formas distintas: la fiebre de Pontiac, una forma más leve con un cuadro de fiebre, y la enfermedad del legionario, la más grave y que, además de fiebre muy alta, causa neumonía. Los síntomas principales son fiebre, escalofríos y tos. Algunos afectados pueden tener también dolor muscular, de cabeza, cansancio y pérdida del apetito. Según el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), España es junto a Italia y Francia el país donde más casos se notifican.
El brote de legionella ha sido registrado en Sabadell y Ripollet, dos ciudades muy próximas y cerca de Barcelona, y es el más devastador y con más personas fallecidas de los últimos años, según el registro epidemiológico de Cataluña. A pesar de la gravedad del caso, éste ha quedado en un segundo plano en los medios de comunicación pero no solo en los medios generalistas, sino que los propios vecinos de la zona se quejan de la falta de información. “Sé que una de las personas infectadas vive dos calles más arriba de mi casa y nadie ha venido a informarnos sobre las precauciones que debemos tomar o si es posible que ya estemos infectados”, declara Mari Carmen, una vecina de Sabadell, que añade que los ciudadanos están muy preocupados por la pasividad de las autoridades y la desinformación que siente que tienen. Mientras los habitantes de Sabadell viven con incógnitas y pendientes de cualquier dato sobre la enfermedad, en Barcelona la mayoría de la población ignora el problema o está poco o nada preocupada por ello.
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Resultados de una encuesta realizada a 30 ciudadanos de Barcelona (Cataluña). // Fuente: Ester Arroyo |
El desconocimiento de la mayoría de ciudadanos sobre este problema se debe a la poca repercusión que ha tenido en los medios por el caso de ébola pero también al silencio que ha mantenido la Generalitat al respecto. Partidos políticos exigieron respuestas al gobierno catalán por el silencio y la falta de transparencia del caso. El día 13 de octubre el secretario de Salud Pública, Antoni Mateu, dejaba claro en una comparecencia en Onda Cero que “el brote está controlado”.
Desde que se conocieron los dos primeros casos de legionelosis en Cataluña, la Generalitat ha ido informando del caso a través de cortos comunicados oficiales, donde desde el principio se ha querido tranquilizar a la población, asegurando de que la mayoría de infectados y fallecidos tienen una media de 75 años y que presentaban patologías previas como cáncer o problemas respiratorios. Antonio, un ciudadano de Sabadell de 78 años, está inquieto por estas declaraciones, ya que según él banalizan la muerte de los ancianos. Además, este testimonio afirma estar preocupado porque según cuenta, ‘hay gente de mi edad que tiene problemas de salud y no sabemos si podemos infectarnos de legionela o si alomejor ya tenemos la enfermedad y la estamos confundiendo con un simple catarro’.’
Carmen Flores, la Presidenta del Defensor del Paciente, cree que “la ciudadanía es en muchas ocasiones demasiado permisiva con la administración, las personas deben tener la responsabilidad de exigir sus derechos y denunciarlos, ya que la salud está por encima de todo". Por ello, aunque ningún afectado por la legionella ni familiares se ha puesto en contacto con la Asociación Defensor del Paciente, con sede en Madrid, ellos han actuado a través de su abogado en Barcelona para que la fiscalía investigue el tema porque sospechan que la enfermedad se está cobrando víctimas por los recortes en el sector de la sanidad.
Protocolos de actuación en casos de legionelosis
Según la información que facilita el Ministerio de Salud acerca de la enfermedad, para abordar la legionelosis es importante determinar el número y forma de presentación de los casos, según sea un caso aislado, relacionado o se trate de casos agrupados o brotes. También hay que tener en cuenta el edificio donde se da la infección. Si se da por ejemplo en una vivienda particular o en un lugar público como un hospital, ya que dependiendo del tipo de instalación se podría conocer cuántas personas estarían expuestas a la misma.
De acuerdo con el Real Decreto 865/2003, de 4 de julio, según lo descrito en los artículos 11 y 12, en casos de detección de legionelosis se deberá proceder a una investigación epidemiológica, según lo dispuesto en el Real Decreto 2210/1995 de 28 de diciembre, por el que se crea la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE). Si se sospecha que una instalación está asociada con casos de legionela, la autoridad sanitaria competente podrá proceder a distintas actuaciones, que podrán ser de tres tipos: limpieza y desinfección del edificio para eliminar la contaminación por la bacteria (siempre después de la recogida de muestras ambientales que detectan la presencia de legionella), reformas estructurales para corregir defectos de la instalación, y/o paralización total o parcial del edificio. Finalmente, la autoridad sanitaria competente deberá realizar una nueva inspección para comprobar que la instalación está completamente desinfectada, pero además el edificio estará sometido a una vigilancia especial y continuada con el fin de prevenir la aparición de nuevos casos.
Parece ser que a fecha de hoy el brote de legionella en Cataluña ya está controlado porque no ha habido más ingresos desde hace varios días, pero la enfermedad deja tras de sí a 10 muertos, una población desinformada sobre el caso y un foco del brote aún sin identificar.
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